En Japón no es el Fujiyama la única imagen puntiaguda que sobresale en el paisaje. La (pen)última moda femenina es atar cintas por debajo de los pechos y los brazos con una doble función: que éstos parezcan más grandes, y que apunten al cielo cada vez que las extremidades superiores se levanten.
La inspiración viene del personaje de anime Hestia y arrasa entre 'cosplayers' (fans del anime que se visten como sus personajes favoritos).
El primer episodio de la serie se transmitió la semana pasada y generó una gran cantidad de aficionados mostrando sus experimentos en Twitter.