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Un octogenario japonés aspira a ser el hombre más viejo del mundo en escalar el Everest

Un escalador japonés de 80 años, que se ha operado del corazón en cuatro ocasiones, se dirige al Monte Everest para intentar su tercera ascensión al pico más alto del mundo, con la que se convertiría en la persona de mayor edad en alcanzar la cima. Si tiene éxito.

Yuichiro Miura subió a la cumbre en 2003 y 2008., y esquió por la montaña a una altitud de 8.000 metros  en 1970.

Con su nueva hazaña desbancaría al actual tenedor del récord, el nepalí Min Bahadur Sherchan, que en 2008 logró subir al techo del mundo con 76 años.

"Es un absoluto revulsivo antienvejecimiento", bromea sonriente este japonés de aspecto más que saludable antes de partir hacia Nepal, esta semana. Para él, lo más importante de la ascensión, que comenzará en mayo, no es el récord, sino el reto. Así consigue aumentar su "energía, resistencia y voluntad", el método definitivo para preservar la juventud.

Hace tiempo que Miura se sintió atraído por el monte Everest. En 1970 saltó a los titulares al convertirse en el primero que lo descendía esquiando desde 8.000 metros de altura. De su salida, lanzándose en paracaídas, que casi paga con la vida, habla el largometraje "The Man Who Skied Down Everest" (1975), que se alzó con el Oscar al mejor documental.

La pasión por explorar sus propios límites la lleva en la sangre. Su padre Keizo descendió a los 99 años y sobre los esquíes en Montblanc, que con sus 4.810 metros es la cumbre más alta de los Alpes. Murió hace siete años, con 101. Tampoco Yuichiro se siente entrado en años: "Tengo 20 años por cuarta vez", bromea el octogenario alpinista. Y no cuesta creerlo.

Con todo, Miura sufre un trastorno del ritmo cardíaco. En enero tuvo que ser operado por cuarta vez, justo a tiempo, como él dice, para poder prepararse para su próxima expedición al Everest. "Cuando tenía 70 años, lo mismo que con 75, me pregunté si sería capaz de conseguirlo. Pero lo intenté y lo conseguí", cuenta el japonés.

Ni siquiera el accidente de esquí que tuvo en 2009, en el que se rompió el hueso ilíaco, pudo impedir que Miura siguiera buscando superarse a sí mismo. Y es que la idea de subir el Everest se le ocurrió cumplidos los 65 años, justo la edad en la que otros comienzan a pensar en su jubilación.

"Lo importante es no rendirse, aunque uno tenga problemas cardíacos", dijo Miura a dpa durante su entrenamiento en Tokio. Allí, en su "base", tiene una sala con una cinta de correr donde puede regular el nivel de oxígeno, de tal forma que simula las condiciones a una altura de 6.000 metros. Lo acompaña en su nueva expedición al Everest su hijo Gota, de 43 años, deportista olímpico en la categoría de esquí. Según afirma éste, la musculatura de su padre es actualmente superior a la que tenía con 70 años.

Yuichiro Miura entrena a menudo con peso en los tobillos y a la espalda. Debido al sobreentrenamiento, sus problemas cardíacos han empeorado últimamente. "Sigue habiendo riesgo", dice. Por eso, esta vez quiere pasar primero un tiempo en la falda del monte antes de empezar la ascensión. Pero Miura no sería Miura si después de su nueva expedición al Everest no tuviera ya un objetivo en mente: su próximo reto, cuenta, será descender esquiando otro ochomil, el Cho Oyu.

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