Rajo Verma tiene 21 años, cinco maridos y un hijo de casi dos años. Ella vive en una choza en Dehradun, una zona rural al norte de la India. La joven duerme junto a sus cinco esposos, todos hermanos, en una misma habitación, donde no tienen camas, solo un montón de mantas en el suelo, y comparte una noche con cada uno.
Y, aunque afirma que al principio se sentía "un poco incómoda”, ahora está encantada con esta ancestral costumbre de su pueblo, que la ha obligado a contraer matrimonio con los hermanos Bajju, de 32 años, Sant Ram, de 28, Gopal, de 26, y Dinesh, que se casó con ella el año pasado, cuando cumplió 18 años.
Guddu fue el primero en hacerla su novia y explicó que, a pesar de que todos tienen relaciones sexuales con ella, no está celoso. "Somos una gran familia feliz", asegura. La pareja se casó por el rito hindú hace cuatro años.
Rajo cocina, limpia y cuida a su bebé de 18 meses (del que no se sabe quién es el padre), mientras sus esposos salen a trabajar. "Mi madre también estuvo casada con tres hermanos así que cuando llegó mi momento, sabía que tenía que aceptar a todos como mis maridos", explica la joven.
En Asia, la poliandria tiene una gran importancia para la economía, ya que la unión de todos los hermanos en una familia con la misma mujer permite que las parcelas de tierra se mantengan intactas y enteras.
Linda Wolfe, una abuela americana, aparece en el Libro Guinness de los Récords por ser la mujer más casada en el mundo. A su 68 años ha contraído matrimonio 23 veces. Sin embargo, ninguna de sus uniones ha sido duradera y ahora está a la búsqueda de la número 24.
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