Generalmente, los peces de colores domésticos acaban sus días en el fondo de un inodoro antes de tiempo, especialmente si son incapaces de adaptarse a la vida del acuario. De momento, no ha sido el caso de una mascota acuática discapacitada cuyo dueño le ha construido una especie de sillita de ruedas submarina para que pueda nadar a pesar de sus limitaciones. Para completar sus atenciones, se encarga de alimentarlo personalmente a mano.
Fuente: http://www.news.com.au
.jpg)
