La situación poco probable ocurrió
en Oldenburg, en Alemania, y un circuito cerrado de televisión la grabó: un
ladrón enmascarado amenaza a punta de cuchillo al empleado de una gasolinera,
exigiendo dinero. Entonces, en un giro inusual, el trabajador
se viene arriba, pulsa el botón de alarma y coge un bate de béisbol con el que da
una paliza al atracador. A continuación… el ladrón se pone a llorar y a
suplicar a su atacante que deje de pegarle. Aunque parezca increíble, el encargado no sólo consuela a
su oponente, incluso le entrega un pañuelo de papel para secarse las lágrimas
en los ojos.
Según el informe policial, el
ladrón estará en la cárcel al menos durante cinco años.
Fuente: mirror.co.uk