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| La estufa, el pasajero perfecto en invierno. |
¿No sería genial tener un copiloto que irradiara calor en los gélidos días invernales? Pascal Prokop, un suizo harto del frío, lo tiene, sólo que su copiloto no es humano, sino una estufa de leña que ha decidido instalar en su propio coche, con chimenea incluida.
Prokop se pasea cada día al volante de su Volvo 240 por las calles de Mettmenstetten, una ciudad 25 kilómetros al sur de Zurich, con una chimenea que sobresale unos 2 metros por encima del techo, lo que le da un aspecto singular. A él, sin embargo, no le importa, ya que se siente cálido y feliz.
Para llevar a cabo su ocurrencia se limitó a quitar el asiento del pasajero en el Volvo y reemplazarlo por un horno al que alimenta de vez en cuando con trozos de madera. Asegura que le gusta tanto el interior de su coche que a veces termina pasando allí algunas noches.
Para poner en práctica su invento ha tenido que obtener diversos permisos de la Autoridad de Inspección Técnica Suiza. No fue una tarea fácil, ya que los funcionarios al principio no estaban precisamente entusiasmados con su proyecto. Pero ahora el coche/estufa de Prokop ya está registrado oficialmente como un "sedán con un horno de leña."
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