A veces, cuando el dormitorio y el asiento trasero del coche se vuelven aburridos, hay que explorar nuevas vías para no perder la pasión. Eso mismo debió pensar esta pareja de chinos, que encontró en un ataúd el lugar perfecto para romper la monotonía sexual.
Lo que no sospechaban es que habían sido grabados en un video de vigilancia, aunque ellos parecen mirar alrededor para asegurarse de que nadie los ve. Nadie vivo, se entiende.
Y, aunque no se sabe si las imágenes son reales o un simple montaje, ni los tórtolos tienen aspecto de góticos, parece que lo pasaron bien.
Fuente: China Daily