Para los padres, sus niños son taaaaaan guapos que les encanta fotografiarlos para mostrar al mundo cada uno de sus irresistibles y maravillosos gestos. Con mucho talento, y algo de malicia, al fotógrafo Evan Kafka se le ocurrió revertir esta idea, y decidió fotografiar a los niños en, lo que se dice, un mal momento. Éste es el resultado:
Momentos de algunas de las sesiones:
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